Mañana echaremos en falta lo que hoy tenemos de más. Y no hablo de cosas materiales, sino de personas, de cariño, de tiempo invertido. Hoy apenas valoramos el esfuerzo que hacen otras personas en dedicarnos tiempo, en preocuparse por nosotros, pero será en un tiempo, cuando ya no lo tengamos, cuando nos acordemos de ello y lo echemos en falta.
Yo estoy aprendiendo a vivir sin ti, aunque nunca lo creyera posible.
Con cada llamada no respondida, con cada mensaje no contestado, con la
indiferencia de cada día. Mil veces he pensado en reclamar tu
atención, en volver a llamarte una y otra vez, y novecientas noventa y nueve veces me he dicho a mí misma que no merece la pena.
Quien te quiere en su vida te da un lugar, no te hace pelear por él.
Poco
a poco, con cada gesto, estoy mas lejos de ti. Como si hubiera un
abismo entre nosotros. Un abismo que duele, pero que siendo egoísta, como eres tú, quizás sea lo mejor para mí. ¿De que me sirve tener a alguien a quien no le importo salvo cuando necesita algo? A veces una se cansa de dar y no recibir.
Una
vez leí que se despide aquel que quiere que lo detengan, quien quiere
irse simplemente se va, desaparece poco a poco sin hacer ruido...
Quizás el día que me necesites ya no esté al otro lado del teléfono, como no estás tú cuando te necesito yo. Quizás mañana sea el día en que me levante y por fin diga que sé vivir definitivamente sin ti. Ya ahora estoy bien, mejor de lo que esperaba, pero estoy segura de que un día acabarás echando de menos a esta chica que hoy tan alegremente ignoras...
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