Nunca lo entendiste. Nunca comprendiste que si estaba para todo es porque estaba enamorada de ti. Que cada llamada y cada ganas de verte tenían un por qué. Nunca quisiste ver que mi sonrisa crecía cada vez que te miraba, ni que las horas en vela detrás de un teléfono eran por amor. Tú nunca lo entendiste.
Por eso, ahora nunca sabrás lo que es salir de fiesta conmigo y que te duela la barriga de reír, o irnos a tomar café y acabar contándonos las más absurdas anécdotas. Volver a soltar preocupaciones y que se hagan más pequeñas conmigo. Nunca más sabrás lo que es que te haga un regalo y no sepas donde meterte de la vergüenza. No volverán a repetirse las horas al teléfono ni aquellos ya tan lejanos viajes. Solo y simplemente, porque tú nunca lo entendiste.
Al igual que no viste la humillación que sentí al decirte que lo único que había pedido a los Reyes Magos este año era verte, y ya no podía cambiar el regalo, y tú te reíste y dijiste que querías saber qué pasaba si no venías, querías comprobar que no habría consecuencias. El problema es que te tomaste como una amenaza aquello de "si no vienes a verme esto se acaba", y lo asumiste como un desafío. Siento decirte, amigo mío, que andabas bastante desencaminado: aquella frase fue una última esperanza que lancé para ver la recogías, y tú, airoso, la estampaste contra el suelo. Fue como darte mi corazón y tu estrellarlo en la pared. He de decir que lo esperaba, pero cuando una está enamorada busca la más mínima esperanza para quedarse. Pero "Entonces llega ese punto en el que te das cuenta de que no. De que hagas lo que hagas, no. De que no te quiere igual que le quieres tu. Y entonces te vas, sin mirar atrás, sin hacer ruido..."
Y tu nunca lo entendiste, porque si alguna vez me hubieras mirado a los ojos habrías comprendido que esto no era una simple amistad, que nadie llega hasta niveles tan altos. Porque simplemente, no querías verlo. Así todo era mucho más cómodo.
Mi regalo de Reyes era verte, y mi propósito de año nuevo olvidarte. Por suerte he empezado el año con muchas ganas...
Quería que lo supieras, aunque nunca llegues a entenderlo.
Comentarios
Publicar un comentario