QUERIDO SEÑORITO CAZORLA

Le debo una explicación que usted ni siquiera va a molestarse en leer, pero que aun así yo siento que le debo: la razón por la cual me fui sin decir nada, sin ni siquiera despedirme.

Te juro que no fue nada fácil. Lloré mucho y dormí poco, pero era lo mejor para mí. Después de más de dos años de ir tirando sola de una barca sin remos, mis manos estaban cansadas, y mi corazón destrozado. Estaba enamorada de ti, de ahí que resistiera tanto, pero un día me di cuenta de que quedándome así me estaba olvidando de mí, y eso no podía permitirlo.

¿El desencadenante de esta decisión? Tus actos. Las palabras se las lleva el viento, como la brisa mueve tus cabellos en la playa. No puedes decirle a alguien que "es mucho más que tu mejor amiga" y pasar por su puerta y no pararte, ni siquiera llamar. Eso no es ser un "mejor amigo". A los mejores amigos se les coge siempre el telefono para escuchar sus chorradas y sus mierdas, tu sólo lo hacías cuando estabas aburrido. Por estas y tantas muchas otras acciones que fueron colmando un vaso que yo cada vez ponía más grande, decidí que lo mejor era alejarme de ti. Y te di tres dias: 

 "- Solo tres dias. Espera tres dias. No mensajes, no llamadas, no nada. Después ve si velve.

  - ¿Que pasa si no puedo esperar tres dias?

  - La cosa es que sigues regresando a él y se sale con la suya. Él sabe que la que va a regresar eres tú. ¿por qué no darle tres dias para que se de cuenta de que esta mierda es seria y que puede perderte?

  - ¿Y si no regresa?

  - Entonces ¿Estarias dispuesta a seguir esperando a alguien que no te quiere? ¿Por que querrías estar con alguien asi?"

Te dije que no volvería a llamarte y no hiciste ni un vano intento por detenerme. Supongo que lo tomaste como una amenaza de irme más de las muchas que ya te había hecho. Ahora te habrás dado cuenta de que era verdad. No volví a llamarte ni escribirte. No voy a negarte que te echo de menos y me acuerdo mucho de ti. Cada día, aunque ya cada vez menos. Aun recuerdo tu sonrisa y tus grandes manos, tus ojos, tu risa, tus agobios, tus nervios... Pero aun así esto tenía que acabar tarde o temprano. Los "a medias que duran toda la vida" no existen, y aunque parecía que éste iba a resistir, ningún cristal puede con la fuerza de un tsunami.

Hoy, tras varios meses me doy cuenta de que es cierto eso que dicen: "Verás que esperar no es la mejor forma de ser libre". Y yo te esperé, demasiado tiempo, sin darme cuenta de que tú nunca vendrías.

Y por eso me fui sin decir nada, sin despedirme, porque solo se despiden aquellos que quieren que les detengan. ¿Recuerdas? Una vez te dije: "cuando me veas muy callada, sin ganas de discutir ni de hablar, entonces tiembla".

No ha sido para tanto ¿verdad? En estos meses ni siquiera te has acordado de mí, el hecho de que no te molestaras en llamar ni escribir ni una sola vez lo confirma. Y estos hechos son los que me hacen ver que hice lo correcto. Ahora me siento más libre, sin esa carga agotadora que llevaba a la espalda. Y me duele a mí misma decirme que es ahora cuando estoy realmente bien, aunque te eche de menos. Es una paz interior que antes no lograba alcanzar. He vuelto a ponerme guapa y darme la oportunidad de abrirme a poder conocer a alguien que realmente me valore, antes sólo hacía que esperarte, aun sabiendo que nunca llegarías...
Sé que estarás bien, siempre lo consigues. Ojalá te dejes encontrar por alguien que te merezca. Te digo encontrar porque siempre dices que tú no buscas. Ojalá esa persona, aunque es bien difícil, te quiera un poquito de lo mucho muchísimo que te he querido yo. No voy a negarte que seguiré esperando una llamada tuya, pero por favor no la hagas. Si alguna vez volvemos a vernos, siempre sabré reconocer tu mirada, esos ojos oscuros que tanto me han quitado el sueño.
Sé feliz señorito Cazorla, no olvide que las mejores cosas de la vida se pierden por no tener el valor de intentarlo, y cuídese.
La señorita Trébol sigue su camino, intentando sacar ese trocito suyo que aun le queda dentro.