UN LAGO Y QUIZAS UN PUENTE, O SOLO LA MITAD

Enamorarse de una persona que no demuestra sus sentimientos puede ser más dificil y doloroso de lo que podamos pensar. Porque una vez que te dicen "te quiero" te entran cosquillas, mariposas y saltamontes por dentro, pero cuando te han dado a probar ese elixir y no vuelven a ofrecertelo de nuevo, viene ese periodo de abstinencia que acaba siendo doloroso y confuso. En el fondo sabes que sigue sintiendo lo mismo, que te quiere, pero te asaltan mil y una dudas por el simple hecho de que no vuelve a decirtelo más, "y si hoy ya no me quiere, y ya no siente lo mismo" ¿y si solo eres tu comiendote la olla sin parar? Si no te ha dado ningún motivo para que desconfíes ni te ha dicho en ningún momento que ya no sienta lo mismo, ¿Por que te empeñas en martirizarte? Quizás porque la persona que más necesita es la que más da, porque esperas que en agún momento eso que das tu todos los dias te lo devuelven un ratito. Porque no entiendes que a una persona no le nazca decir "te quiero" cuando se lo has dicho tu antes. Porque "lo se" no es la respuesta que sigue a esa frase, en ningún momento. Y eso da muchas dudas. Miles. Millones. Y duele y mucho. Y agota y agobia. Y te pone triste y te da bajón. Solo y simplemente porque decir "te quiero" da mucho miedo, pero una vez que tu has sido valiente y lo has dicho no quieres tener un cobarde en la otra orilla al que tener que ir a buscar para que elija las letras adecuadas de la frase más gorda jamás dicha: el TE QUIERO que lo engloba todo. El que va relleno de besos, abrazos, cosquillas, chocolate, ganas de verte y abrazarte, globos de "te echo de menos", momentos cariñosos, miradas únicas, segundos irrepetibles...
Una vez hemos cruzado el charco lanzando el "te quiero" necesitamos a esa otra persona a medio camino que lo recoja y mande otro de vuelta, mas grande o mas pequeño, pero que lo mande, porque es el único puente para salir enteros de ese lago tan profundo y desconocido como es el amor.