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Mostrando entradas de abril, 2016

Y EL MUNDO QUEDARÁ SIN SABERLO...

No podría contarle al mundo lo que bailan mis mariposas cuando sé que voy a verte. No podría expresar lo que siente mi piel cuando tus manos la rozan, ni lo mucho que se seca mi garganta hasta el punto de solo poder sonreir cuando me miras como si fuese magia. No podría describir tu voz cuando cantas esas canciones tuyas que yo antes no había escuchado, ni explicar la forma en la que te ríes (solo) al acordarte de algo. Hay un secreto en tus ojos que nadie entiende pero que me hipnotiza, y enciende mi punto débil de querer demasiado. Demasiado deprisa. No hay manera de escaparse del deshielo cuando me tocas, pero tampoco hay forma de evitar que me congele cuando me miras, me cojes la mano y me pasa como al niño que prueba por primera vez un granizado y se congela el cerebro por sorberlo tan rápido, pero aun sabiendo lo que pasa, sigue haciéndolo y le encanta. No podría decir, tampoco, cómo sonrío al escuchar tu nombre y el montón de imágenes que saltan a mi cabeza con esa sola pala...

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Siempre la misma historia. Una "cara bonita". Un "hola preciosa te he visto y no he podido resistirme a hablarte". Un "me encanta tu sonrisa", o un "estás para mojar pan". ¿En serio os funciona? ¿De verdad pensais que somos tan tontas como para creer que lo decís en serio? No sabéis ni lo agobiante/patético que resulta ser chica y tener que escuchar estas cosas. Sentirnos como objetos expuestos en subasta al mejor postor. A tener que sonreir cuando decís esa sarta de estupideces. A hacer como que nos halaga tal comentario de tan mal gusto. A disimular como si no supiéramos cuales son vuestras intenciones. A tener que poner escusas y "torear" los siguientes comentarios. Creídamente o no, la chica que es bonita sabe que lo es, y no es necesario que vengais con la camisa recien planchada y cara de no haber roto un plato a regalar el oído a alguien que no le interesa escuchar sandeces. Pensadlo por un momento: que venga un chico con aires ...

DÍA INTERNACIONAL DEL BESO

Porque aunque lo intentara con todas sus ganas, no podía evitar caer rendida ante sus besos. Como siempre, él la fascinaba con mil historias, dejándola sin habla, esperando, como un niño a la piñata de cumpleaños, el ansiado momento en que sus labios se unieran de nuevo... El instante en que mordía su labio inferior y ella se abandonaba al mundo, perdida. Porque todo lo que no contaba en sus historias se lo susurraba bajito en forma de besos. Efímeros, y a la vez eternos.                                      

VACÍA

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Vacía, como una noche sin estrellas, como una rosa sin espinas, como un cristal sin su reflejo, como una ventana sin luz, como el sol sin lluvia, como un arcoiris sin principio ni final, como la cera de una vela derretida, una llama sin humo, una herida que no sangra, una bailarina sin tutú. Como el goteo constante de la tinta sobre un papel en blanco, un sueño sin parte de realidad, nuestra realidad sin parte de mis sueños, como un invierno sin nieve, un escalador sin su montaña, como el frío sin el leve castañeo de tus dientes, un hombre sin sombra, una farola sin luz, un reloj sin hora, una calle sin gente, sí, vacía... Como tus labios sin mis dientes, como mis manos sin las tuyas, como tu cuello sin mis besos, todo tan vacío... como yo sin ti.

PERMÍTAME ROMPER EL MOLDE

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Permítame ser una descarada, y que sea yo quien le invite a una copa una noche cualquiera. Permítame que le sonría y coquetee. Que le guiñe un ojo esperando una reacción por su parte. Permítame iniciar una conversación banal con su persona que le haga reír hasta pensar de dónde demonios ha aparecido una chica como yo. Permítame mirarle descaradamente a los ojos y recrearme en su figura, que le tome de la mano y lo invite a bailar un vals. Permítame tropezarme y que mis labios vayan a parar a su cuello, pero sin rozarlo. Permítame disculparme, mirarle a los ojos y sonreírle de nuevo. Permítame dar tantas vueltas que necesite otra copa y sea la excusa perfecta para invitarle a otra. Permítame perder entre bailes y copas la noción del tiempo. Permítame agarrarlo, acercarme lentamente a la comisura de sus labios y besar su boca suavemente. Permítame dejarme ser invitada a montar en su coche, llevarme a su casa y hacer que se empañen las ventanas de su habitación. Permítame la osadía de le...