Tengo casi 25 años, y este año he roto todas las cuerdas que limitaban mi vida. He buceado en conversaciones que prometen mucho y no dan nada. He querido creer promesas que desde una legua se veían vacías. He aprendido a decepcionar a mis padres para satisfacerme a mí misma. He trasnochado lo inimaginable. Me he humillado mandando ese último mensaje y me he arrepentido después. He aceptado que la desilusión forma parte del corazón de los que alguna vez amaron, y que el encariñarse demasiado rápido da lugar a dolores de cabeza inmerecidos. He madurado de golpe muchas veces, a base de estacadas. No quiero tener una relación, me sobra con la que tengo conmigo misma. Ya no se lo que significa tener un novio, y me asusta la idea de que aparezca sin previo aviso. Los años me han llevado a abandonar algunas de esas amistades que algún día consideré inseparables, y a entender que la lealtad no es cuestión de tiempo, si no de hechos. He tenido tiempo de soldar las amistades que aun me qued...
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Mostrando entradas de junio, 2016
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¿Cuándo dejarás de darle horas a la noche para pensar en idiotas? ¿Cuándo te darás cuenta de que quien te quiera no te hará tener que luchar por un lugar en su vida? ¿Cuándo dejarás de no valorarte enviando ese último mensaje? ¿Cuándo entenderás que el silencio y la ausencia también son una respuesta? Valórate. Y quiérete. No eres tu quien más pierde, piensa que esa persona ha perdido a alguien que no le importó perder su dignidad por hablarle de nuevo. No malgastes tiempo en alguien que no te valora. Pasa página y cambia de libro. Respira y deja que te duela solo el tiempo suficiente. El mínimo. Pasa ese pequeño duelo por "la pérdida del idiota" y vuelve a sonreír. Mírate en el espejo y dite a ti misma lo guapa que estás. Sonríele a tu reflejo y peina esa larga melena. Los capullos están en todos lados, disfrazados de una pícara conversación cualquier noche de fin de semana. Vamos a tener que comprar esas gafas con detector de gilipollas, porque esto se nos está yendo de l...
MICROCUENTO III
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Como cada noche, tras una ducha después de un largo día y un rato de apacible lectura, apaga las luces de la habitación para enfrentarse a la realidad. Para mirar a la oscuridad del techo con mil preguntas. Para pensar en lo mucho que le gustaría poder dormir en el pecho de un hombre. Sabe que es el mejor sitio para soñar, es por ello que espera (como si de un milagro se tratase) encontrar un alma que la haga vibrar. Que la saque de las tinieblas en que se convierte su cama cuando llega la hora de dormir y el sueño no le acompaña. Y aunque sabe que "esperar no es la mejor forma de ser libre", alguna ilusión debe alimentar para levantarse cada mañana...
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"Tuvo un novio hijo de puta -fue entre los veinte y los veinticinco- y aun conserva invierno de aquel viaje, trozos de un puzzle inservible no apto para cardíacos, y yo que soy arrítmico he preferido conocer nunca todos los detalles, tal vez por esto todos los hombres que vinieron después nunca fueron novios, ni parejas, ni amantes: fueron básicamente animales de compañía. El miedo, el puto miedo." >Diego Ojeda
Y UN DÍA EL MUNDO SE PARA...
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Y descubres que querer a alguien que no te quiere es lo mismo que esperar un tren en un aeropuerto, algo inútil e imposible, y te das cuenta de que nunca nada va a cambiar y que todo seguirá igual. Que puede que te pidan mil veces perdón, pero que todo será inútil porque no lo siente en su corazón. Y entonces te das cuenta de que el caos se apodera de tu vida, el mundo que conocías se va derrumbando poco a poco, y decides poner punto final a una si tuación sin presente y sin futuro. ¿Y ahora qué? Ahora, amiga, debes de ser fuerte y recoger cada trocito de tu corazón que está hecho mil pedazos. Ahora es momento de ponerse en pie mirar hacia adelante y no volver a pensar en ese pasado. Recuerda, cariño, la cabeza bien alta, que tu no hiciste nada malo, solo enamorarte de un ser que no se merecía tus besos, tus caricias, tus abrazos ni tu pensamiento. Ahora es momento de sacar fuerza y usar esa rabia para volver a creer en ti. Porque recuerda que el amor verdadero...