Sí, le dije que sí, porque hay que vivir después de haberse muerto tantas veces. Porque quería sentir lo que es estar viva de nuevo. Le dije que sí porque en el fondo, deseaba que mi corazón no estuviera frío del todo. Que fuera capaz de sentir de nuevo. Le dije que sí con la esperanza de que volaran otra vez mariposas por mi estómago. Aun sabiendo que iba a ser imposible. Aun teniendo la certeza de que mi corazón ya había elegido por su propia cuenta...
Pero es que una no puede elegir los ojos de los que se enamora...
Pero es que una no puede elegir los ojos de los que se enamora...
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