Te libero de mí. De mi intensidad y de mis agobios. Te libero de mis llamadas continuas y de mis mensajes de buenas noches. De mi risa constante y las horas dándote la lata. De todo el impacto que pueda suponer en tu vida.
Te dejo ir, libre. Con la seguridad de que serás feliz.
Te libero de mis sentimientos, de mi cariño y de mis pensamientos. De mis planes contigo. Te libero de mi futuro. Y de mi música. Y de mis viajes...
Te libero de mí, aunque lo que más me duela en el mundo sea dejarte aquí. Sé que te irá bien, sabes como hacerlo.
Lloraré, por supuesto, pero siempre sale el sol tras un día nublado...
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