ERA UN 3 DE SEPTIEMBRE DE 2007
Hoy recuerdo la primera vez que te conocí. Salías con una amiga de mi amiga, por lo que yo no había reparado mucho en ti, salvo en lo agradable que era encontrarte por la calle. Me encantaba que al pasar con la moto te pararas delante con tu sonrisa perfecta, esa que te hace juego con todo, esa que tan bien besa...
Fue una de esas noches, cuando la esperabas a ella, que te sentaste a mi lado en el banco del parque, y como siempre, nos empezaste a hablar, con tu sonrisa y tus ojos brillantes. No había reparado en ellos hasta ese momento. Un segundo me me quedé mirandote a los ojos y pensaba "que guapo es madre mia" y al segundo siguiente mi mente estaba reprochandome "ni se te ocurra volver a mirarlo asi, es el novio de tu amiga" y recuerdo que esos segundo que miré tus ojos ya no escuchaba tus labios ni habia nada alrededor, solo esas dos luces que me llamaban como una bombilla a un mosquito una calurosa noche de verano... Fue unos meses después cuando me daría cuenta de que fue en ese mismo momento cuando me enamoré de ti.
Pasaron las semanas y una noche, mientras yo soñaba, me llamaste por telefono. No recuerdo bien la hora, pero si que eran mas de las 4 de la madrugada. Estabas un poco borracho y te pregunté por qué (desde el cariño y el quillo estaba durmiendo ve a dar la lata a otro lado) me llamabas a mi y no a tu novia, que te hablase ella, y me dijiste "tu eres más guapa". No se que pensé en ese instante, seguro que me quedé callada pero te pregunté si habías bebido. Me dijiste que si, pero que los borrachos dicen siempre la verdad. Recuerdo que al dia siguiente estuve rara todo el dia "¿por que me ha llamado a mi?" y esa noche tambien volviste a llamar. Me dijiste lo primero que no estabas borracho, que solo te apetecía hablar conmigo, y no se como acabaste contandome chistes. Y asi, sin darnos cuenta, establecimos un ritual cada noche, donde ninguno de los dos se iba a dormir sin esa hora de chistes que nos habiamos establecido. Iban pasando los dias y yo comenzaba a sentirme mal por ella, por aquella chica con la que estabas, hasta que un dia me dijiste que habías decidido dejarla. (quizas en estos momentos ella se alegre de que lo nuestro no haya funcionado por eso del que la hace la paga). Estuviste viniendo todas las noches a verme a la puerta de mi casa, pero yo no me decidía a salir contigo, pensaba en ella, en ti, en el resto de amigas, en lo raro que era todo... pero tu eras insistente. Llegó la feria de ese año, y recuerdo que estabas un poco incomodo debido a que tenias caseta con ella, y ya no podias decir que no, de modo que ibamos a verte algunas veces en las horas que te tocaba la barra. Me regalaste el sol grande "eres el sol que ilumina mi vida" se lee en él, y todavia cuelga de mi pared. Justo despues de feria, recuerdo que tuve un dia malo, porque cuando llegaste yo estaba llorando. No sabía si te quería o no, si quería seguir viendote o no, y de repente, entre mis lagrimas, me besaste. Ese fue nuestro primer beso, que despues me confesarías que me lo diste para que dejara de llorar. Sin embargo, para mi ese beso fue algo asi como lo que necesitaba en esos momentos, nunca me habian besado de esa manera. Era blandito, suave, esponjoso, calido y envolvente. Y me gustó. Tanto que fui yo la que se lanzó despues por otro beso como el primero. Y asi, entre lágrimas mias y una sonrisa tuya, entre besos, me dijiste "bueno, que no te lo he preguntado antes, ¿quieres ser mi novia?" y riendome como una boba te respondí que si.
Fue una de esas noches, cuando la esperabas a ella, que te sentaste a mi lado en el banco del parque, y como siempre, nos empezaste a hablar, con tu sonrisa y tus ojos brillantes. No había reparado en ellos hasta ese momento. Un segundo me me quedé mirandote a los ojos y pensaba "que guapo es madre mia" y al segundo siguiente mi mente estaba reprochandome "ni se te ocurra volver a mirarlo asi, es el novio de tu amiga" y recuerdo que esos segundo que miré tus ojos ya no escuchaba tus labios ni habia nada alrededor, solo esas dos luces que me llamaban como una bombilla a un mosquito una calurosa noche de verano... Fue unos meses después cuando me daría cuenta de que fue en ese mismo momento cuando me enamoré de ti.
Pasaron las semanas y una noche, mientras yo soñaba, me llamaste por telefono. No recuerdo bien la hora, pero si que eran mas de las 4 de la madrugada. Estabas un poco borracho y te pregunté por qué (desde el cariño y el quillo estaba durmiendo ve a dar la lata a otro lado) me llamabas a mi y no a tu novia, que te hablase ella, y me dijiste "tu eres más guapa". No se que pensé en ese instante, seguro que me quedé callada pero te pregunté si habías bebido. Me dijiste que si, pero que los borrachos dicen siempre la verdad. Recuerdo que al dia siguiente estuve rara todo el dia "¿por que me ha llamado a mi?" y esa noche tambien volviste a llamar. Me dijiste lo primero que no estabas borracho, que solo te apetecía hablar conmigo, y no se como acabaste contandome chistes. Y asi, sin darnos cuenta, establecimos un ritual cada noche, donde ninguno de los dos se iba a dormir sin esa hora de chistes que nos habiamos establecido. Iban pasando los dias y yo comenzaba a sentirme mal por ella, por aquella chica con la que estabas, hasta que un dia me dijiste que habías decidido dejarla. (quizas en estos momentos ella se alegre de que lo nuestro no haya funcionado por eso del que la hace la paga). Estuviste viniendo todas las noches a verme a la puerta de mi casa, pero yo no me decidía a salir contigo, pensaba en ella, en ti, en el resto de amigas, en lo raro que era todo... pero tu eras insistente. Llegó la feria de ese año, y recuerdo que estabas un poco incomodo debido a que tenias caseta con ella, y ya no podias decir que no, de modo que ibamos a verte algunas veces en las horas que te tocaba la barra. Me regalaste el sol grande "eres el sol que ilumina mi vida" se lee en él, y todavia cuelga de mi pared. Justo despues de feria, recuerdo que tuve un dia malo, porque cuando llegaste yo estaba llorando. No sabía si te quería o no, si quería seguir viendote o no, y de repente, entre mis lagrimas, me besaste. Ese fue nuestro primer beso, que despues me confesarías que me lo diste para que dejara de llorar. Sin embargo, para mi ese beso fue algo asi como lo que necesitaba en esos momentos, nunca me habian besado de esa manera. Era blandito, suave, esponjoso, calido y envolvente. Y me gustó. Tanto que fui yo la que se lanzó despues por otro beso como el primero. Y asi, entre lágrimas mias y una sonrisa tuya, entre besos, me dijiste "bueno, que no te lo he preguntado antes, ¿quieres ser mi novia?" y riendome como una boba te respondí que si.
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