MICROCUENTO
Me preguntó qué hacía despierta a las dos de la mañana, entre semana, cuando tenía que levantarme temprano al día siguiente. Le contesté que se me había espantado el sueño, no le dije que estaba esperando que me deseara buenas noches. Esas cosas no se dicen, o pierden la magia. Tampoco le dije que me hacía falta, ni que aun pensaba a veces en su sonrisa. Y no me dijo nada, como siempre. Pobre ilusa, hay cosas que nunca cambian...
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