LUCES TENUES, Y ELLA
Con luz tenue todo es más tranquilo, y suena mejor. Las lágrimas se ven de otra manera, como un sendero brillante que se abre camino cuesta abajo en una sonrojada mejilla. Un hilo de seda que busca desembocar en algún trozo de papel cogido a las apuradas, o ser barrido lentamente por unas manos frías. Las sonrisas parecen más bonitas y más sinceras. Y reconfortan más. Y te hacen sentir más dichoso. Al igual que las mentiras, las cuales dichas con esta luz tienen la capacidad de "casi" convertirse en verdades y hacerse creíbles. Como los susurros a la orilla de un lago y los "te quiero" a la luz de la luna. Porque parece que las sombras creadas por ese halo de luz absorven todo lo que "no debe ser visto u oído", convirtiéndolo en una máscara más fácil de adoptar.
Por eso, a la hora de decir "te quieros", ella siempre encendía la luz.
Para que se fueran las sombras.
Para que lo oyera bien.
Para que lo respirase.
Porque aunque los amantes prefieren las noches para sentir su amor, no había nada como mirarla a los ojos cuando el sol amanecía.
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