UNA PARTE DE MÍ

Me gusta la gente que se arriesga, que tiene miedo pero lo intenta. Que hace las cosas de corazón y no para aparentar. La gente que te alegra el día y la semana. Que da un beso y te remueve el suelo. Que te ve temblar y en lugar de taparte se desnuda contigo. 
Me gusta la gente que saca sonrisas, que hace todo lo posible porque te rías. La que regala bombones el día más inesperado. La que te dice que se acuerda de ti. La que saca un hueco de donde sea para verte.
Me gusta la gente sencilla y transparente, la que no pide nada a cambio. La que disfruta la vida sin importarle lo que piensen los demás. Y es que en eso, precisamente, consiste la vida. En los pequeños detalles, en disfrutar de lo que realmente nos gusta. La gente siempre va a tener una crítica, de modo que ¿Para qué preocuparse? Al final del día solo debes rendirle cuentas a tu conciencia, de modo que disfruta de esas pequeñas cosas, de lo contrario, te arrepentirás más adelante, y si dicen que el peor de los arrepentimientos es por las cosas que no hemos hecho, ¿estás dispuesto a arrepentirte mañana? Yo no. Piensa que si arriesgas y pierdes, al menos lo has intentado; y si ganas, no habrías podido conseguirlo sin haberlo intentado igualmente.
Me gusta poder elegir. No tener que hacer lo que los demás quieren. Sentirme libre. Hacía mucho que no tenía esa sensación. La de ser responsable de mi propia felicidad o desdicha. Al fin y al cabo, la vida son decisiones. En todo momento estamos eligiendo. A mí me cansa. ¿No es más fácil dejarse llevar? A veces las mejores cosas vienen sin esperarlo, cuando ya habías desviado la atención.
Me gustan las sorpresas que trae la vida. Momentos, personas, detalles... ¿Qué haríamos sin esas cosas que marcan la diferencia? Tendríamos una vida aburrida y monótona. Y aun así nos empeñamos en criticarlo. ¿Tan difícil es cerrar los ojos y dejar que nos lleve la corriente? Unas veces nos costará más, y otras menos, pero piensa que, al fin y al cabo, serán esos momentos de improvisación los que siempre se queden contigo.
Me gusta renacer de cada caída. Tocar suelo y levantar el vuelo con más fuerza aún. Sentirme vulnerable y fuerte a la vez. Atreverme, no conformarme.
Me gusta mirar a los ojos. Y que me miren. Aunque a veces no me atreva. Aunque algunas miradas intimiden y otras desnuden. Aun así, me gusta. No hay cosa más humana que mirar a otra persona a los ojos para saber lo que siente. Ese lenguaje corporal que dice mucho más de lo que queremos, ese desvío de ojos hacia ninguna parte cuando te sonrojas con algún comentario, y la intención de algunas miradas...
Me gustan las sonrisas sinceras. Las que te sacan con una tontería, las que salen de la tristeza. Esas tan valiosas por lo que representan: sonreir desde el fondo de nuestro ser, aun sin ganas, aun sin fuerza. La valentía de la persona que se empeña en que sonrías.
Me gusta la gente que te hace disfrutar del momento, que te lleva y te descubre momentos inigualables. Que te sacude el mundo y lo pone patas arriba. Que en medio de un huracán te suelta para que vueles, que te contagia sus ganas de vivir.
Me gustan las personas que hay en mi vida. Todas y cada una. Porque cada una de ellas ha aportado su granito de arena para ser lo que hoy soy. Para levantarme y tirarme de nuevo a la piscina. Por su escucha, sus momentos irrepetibles, su paciencia, su ternura, sus cenas.
A todos y cada uno de los que hoy formáis parte de mi vida, Gracias. Por ser. Conmigo.

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