"Ayer volví a verlo. Traía en los ojos un infierno precioso y en la sonrisa unos errores bellísimos para arrancarlos a besos. Y yo lo miraba... Y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos siempre, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar."

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