¿Qué pasaría si algún día todas esas conversaciones borradas se pudieran recuperar? ¿Te atreverías a leerlas? ¿Tendrías el valor suficiente de leer de nuevo esas palabras que un día te hicieron reir y más tarde llorar? Siempre me he hecho estas preguntas, y siempre las he dejado sin respuesta. Supongo que depende del momento. No cualquier día es el indicado para ello, ni tampoco, por ejemplo, elegiría la noche. En caso de hacerlo sería a mediodía, en un banco del parque, al sol. El hecho de recuperar todo ese contenido conlleva remover el pasado y no es algo a lo que esté dispuesta actualmente. Ese pasado engloba momentos, personas que se han ido, personas que no estaban, sentimientos, ocupaciones... Y la pregunta ahora es ¿De qué serviría leer todas esas cosas ahora? Creo que es mejor quedarte con la sonrisa tonta de aquel mensaje, y el recuerdo de esas lágrimas resbalar al leer otro. ¿De qué sirve volver a revivir esas emociones? Hurgar en heridas con el único fin de sufrir de nuevo. No, definitivamente mi respuesta es no. No estaría dispuesta a abrir de nuevo conversaciones borradas. Quizás sea cobarde, pero ha llegado a un punto en mi vida en el cual el camino que elijo es aquel que me hace feliz, y esta acción, desde luego, no tiene ese fin. ¿De qué servirían nuevas noches en vela por el "y si..." o torturarte de nuevo si hubieras dado una respuesta distinta a esa pregunta que ya tenía los días contados? Deja las cosas como están. Todo pasa por una razón que comprenderás tarde o temprano. Las personas llegan y se van en el momento justo, ni antes ni después. Y cada momento vivido ha sido crecimiento, de modo que, ¿para qué preocuparse pensando en lo que podía haber sido? Ponte un abrigo y una sonrisa y sal a comerte el lunes, ¡quizás este sea el día que llevas años esperando!

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