UNA TARDE, UN CUADRO Y UN BESO

A veces la paz se encuentra en un pintor, en los matices y su oda de colores. A veces los dias de lluvia todo lo que necesitas es cerrar los ojos e imaginarte dentro del cuadro. En un parque encharcado y solitario, una tarde de invierno a la caída del sol. Las luces te alumbran el paso mientras conversas animadamente cómo fue la obra. No sueltas su brazo para que no adelante el paso, acompasado es mucho más cómodo. Él sostiene tu paraguas evitando que te mojes, mientras sientes su calor y su sonrisa, aun sin mirarle. Es más tarde de lo que pensabas, pero una última copa no hará daño a nadie. Llevas ese vestido a flores tan bonito que compraste la semana pasada, y su colonia impregna el paseo. Si aminora el paso quizás el parque se haga eterno y puedas disfrutar de los charcos y la lluvia unas horas más... y quizás te bese bajo ese bonito paraguas y el sonido de las gotas caer. Quizás te lleve a casa y te invite a dormir con alguna escusa tonta de esas que se ponen cuando te mueres para que no pase el tiempo mientras estás con alguien especial. Quizás te diga que tiene vino frío, como a tí te gusta, y sigan con la conversación del parque. Quizás te mire a los ojos y te derritas lentamente cual caramelo de fresa en la boca de un niño. Quizás bajes la mirada y él levante tu barbilla para rozar tus labios, haciendo que alces de nuevo tus ojos y te dejes sentir...

Quizás abras los ojos de nuevo y descubras que sigues en la misma tarde de antes, que no existe cuadro ni beso, pero que soñar despierta siempre será divertido.